El edificio contempla un uso mixto e introduce junto con el uso industrial actividades del sector terciario. Esta decisión repercute directamente en la intervención ampliando su marco de actuación al ámbito urbano. Se incluye así una nueva visión paisajística y urbanística del edificio con el fin de integrarse con el resto de actividades de la zona.
Exteriormente el proyecto rompe con la monotonía de las fachadas, gracias a una segunda piel se genera un juego de sombras proyectadas que proporcionan ritmo y armonía al edificio, se reinventa así la estética característica de las obras de uso industrial.
Se propicia la creación de nuevos espacios exteriores dotados de vegetación, éstos dejan respirar el edifico y se mejora la calidad visual desde su interior.
Descripción del proyecto por Le Dévéhat Vuarnesson Architectes
La reestructuración del centro de clasificación de Nanterre es indicativa del enfoque de la agencia LVA. En efecto, aunque se trata de un edificio industrial, ahora está abierto al barrio. Se ha prestado especial atención a las calidades espaciales, a las calidades de uso y a las condiciones de trabajo de los empleados, más allá de la estricta respuesta de la modernización a las normas ergonómicas y de seguridad.
Este proyecto de 12.000 m² (de superficie), realizado como una misión completa en asociación con La Superstructure, Patrice Gobert architecte et associés para Syctom, propietario del proyecto, se guía por tres grandes principios arquitectónicos: llevar la luz natural a los edificios, desarrollar espacios exteriores directamente accesibles desde las salas de trabajo y descanso, contribuir al desarrollo de los espacios naturales.
En una parcela densamente edificada y limitada (Plan de Prevención de Riesgos de Inundación), lo que estaba en juego en la rehabilitación era el aumento de la capacidad de recepción y tratamiento del material (de 40.000 a 55.000 toneladas al año), la reorganización del funcionamiento global del emplazamiento y la modernización y renovación térmica y medioambiental de los edificios. LVA organizó una operación fluida y clara preservando al máximo las construcciones existentes.
El tratamiento arquitectónico contemporáneo del centro de clasificación expresa la mezcla de actividades: industriales y terciarias. El emplazamiento forma parte de un tejido urbano en «producción» y participa en su definición. Barrio antiguamente dedicado a la actividad industrial, el desarrollo de la ZCD de Guilleraies introduce numerosas actividades terciarias al tiempo que consolida su vocación original. De ahí la importancia de la relación del centro de clasificación con el desarrollo urbanístico y paisajístico del nuevo barrio. La obra se apropia fácilmente de los residentes locales y su relación con el barrio se tranquiliza.
La presencia de espacios verdes que cambian con las estaciones, la penetración de la luz natural, los nuevos espacios exteriores y las nuevas vistas creadas mejoran las condiciones de trabajo al ofrecer una nueva relación con el lugar y el paisaje.
Las molestias visuales, acústicas y olfativas se tratan a la escala del edificio, para la comodidad de los empleados y para un impacto urbano suavizado.
Se ha conservado el principio volumétrico del centro, adaptado a las diferentes funciones: el edificio A alberga los locales administrativos y sociales y los talleres; los edificios E, B, C y D, el vertido, la recepción y el almacenamiento del material recogido, la clasificación, el embalaje y la evacuación del material clasificado. La reestructuración de la zona de acceso de los vehículos y de la zona de recepción de material exigió la demolición y reconstrucción del edificio E y la demolición del pequeño edificio de aislamiento de material radiactivo.
La malla es el elemento estructurador del proyecto, un balcón se aferra a ella, la vegetación empieza a trepar por ella, juega con el sol y dibuja grandes sombras en las fachadas, es la coherencia de la herramienta industrial.