Descripción del proyecto por Ateliers Jean Nouvel
La Haya, Rotterdam: excelentes puertos donde los grandes barcos se alinean con los horizontes costeros. Grandes barcos internacionales siempre cargados de misterios ...
El edificio EPO en La Haya, en Patentlaan 2 en Rijswijk, representa el pólder característico, con la horizontalidad de un mar convertido en piedra. Las estructuras grandes también se alinean como barcos en el agua. La ubicación requiere una propuesta que revela su naturaleza real, el eterno problema de la magia específica de un lugar. La poética de la ubicación que surge de la vastedad de este tramo de tierra estrictamente horizontal que hace que los horizontes se vean distantes, y despliega un cielo infinito. Quieres estar en el aire, flotar en el espacio vacío, en el aire denso, el rocío marino, la lluvia neblinosa, bajo las nubes blancas o en el azul de un cielo que no tiene techo ...
Nuestra propuesta es introducir, en este mundo portuario terrestre, un buque insignia de escala y proporción nobles cuya materialidad es inquietante y cuya abstracción geométrica es total. Este edificio es tranquilo y sereno, nada puede tocarlo, es parte del cielo. Asume el color del cielo a través del cristal claro ligeramente iridiscente de sus fachadas y el acero inoxidable de las líneas horizontales que le dan ritmo.
Cuando decide mirar más de cerca al EPO, se sorprende, en parte por la simplicidad y la tensión de los volúmenes y las líneas, y en parte por el descubrimiento de que la estructura emerge de un cuerpo de agua en el que se refleja. La entrada se materializa como una gran marquesina de acero inoxidable que se inclina hacia el agua. A cada lado de este acceso, las banderas de 38 miembros EPO flotan muy arriba, sobre el agua, y se reflejan a diferentes alturas en el vidrio a lo largo de toda la longitud de la fachada. De este modo, se dejan en claro los signos de la dignidad de una gran institución internacional y se garantiza su carácter distintivo. Esta característica distintiva se subraya dentro de la naturaleza de las áreas de recepción. La secuencia de entrada es única: todo comienza sumergiéndose bajo el agua y con los efectos cáusticos de la luz solar que viaja a través del agua.
El vestíbulo, en cambio, está inundado en su mayoría con luz natural de hasta seis metros de altura y en todo su perímetro, mientras que las áreas de espera y un bar se encuentran a nivel del agua. El mundo de la oficina se imagina como de planta abierta, lineal y ortogonal en relación con el cielo. Las largas perspectivas del corredor central se abren hacia el espacio vacío, el horizonte. La oficina en sí está diseñada para sentarse en el aire, con extensiones externas: jardines de líquenes lineales, paneles finamente perforados para replantear y limitar la ganancia solar efectiva. Estos espacios simbólicos, directamente vinculados a cada unidad, son una extensión visual que acentúa el horizonte. La próxima etapa se esforzará por mostrar que el ADN de este edificio está claramente presente en los espacios internos y sus accesorios.
Lo que estamos buscando aquí son sentimientos de privilegio y placer. El privilegio de poder apropiarse del cielo y el horizonte como los materiales principales de la arquitectura. El placer de trabajar en un mundo claro, abierto, exacto que también puede ser protegido, cerrado, amigable ... Todo esto, ubicado dentro de este rectángulo de cielo cuya única ambición es hacernos conscientes de las variaciones en la atmósfera.