Estadio Marítimo de Miami por Hilario Candela

La campaña está organizada por la división estadounidense de la compañía de cerveza Heineken y la Fundación Nacional para la Preservación Histórica, un grupo sin ánimo de lucro con fondos privados de Estados Unidos. Varias propuestas se han presentado durante años, desde arrasar la estructura hasta la resurrección de la misma. En 2009, el National Trust nombró al estadio uno de los lugares históricos más amenazadas de todo América, y el Fondo Mundial de Monumentos coloca el edificio en su "lista de vigilancia" de los lugares amenazados en todo el mundo.

Un grupo llamado Amigos de Estadio Marítimo de Miami han estado trabajando desde 2008 para salvar la estructura. En 2013, la ciudad aprobó un plan para restaurar el edificio, y la ciudad recientemente asignó 4 millones de dólares para promover el esfuerzo.

La campaña forma parte de la iniciativa Ciudades de Heineken, cuyo objetivo es ayudar a revitalizar las zonas urbanas en los EE.UU. La compañía tiene previsto lanzar campañas Indiegogo adicionales para seleccionar los proyectos a finales de este año.

Cuando el arquitecto Hilario Candela tuvo la tarea de diseñar un pequeño estadio frente a la costa de Miami en 1962, había una prescripción general de la ciudad: que sea barato. Muy barato. El Departamento de Obras Públicas, una entidad conocida para el montaje de la infraestructura de carreteras práctica como pasos elevados de Miami, se había interesado en producir una gran obra de arquitectura. Ellos querían una tribuna 6.600 asientos y querían que costase menos de 1 millón de dólares (aproximadamente 7,7 millones de dólares en la actualidad).

Candela, un arquitecto de 27 años de edad, en el bufete de Miami Pancoast, Ferendino, Skeels y Burnham, tenía otras ideas.
 

Lo que se le ocurrió fue un escenario deportivo de hormigón. Parte de la tribuna se posaría en la tierra; parte de ella flotaba sobre las aguas. Las gradas estarían protegidas por una marquesina de hormigón que se asemejaba a un pedazo arrugado de papiroflexia. Y sería una maravilla de ingeniería: El dosel se convertiría en el tramo más largo del mundo de hormigón en voladizo.

Candela, que nació y creció en Cuba, estudió arquitectura en el Instituto de Tecnología de Georgia, la cual visitó una gran figura como el arquitecto español Eduardo Torroja, un pionero en el diseño de edificios de hormigón armado. El estadio de Candela en Miami fue inspirado, en parte, por la tribuna de hormigón de Torroja para el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid, con su marquesina de hormigón en voladizo, ondulante.
 

Candela también trabajó con otros innovadores de la arquitectura importantes desde el principio. Durante la universidad, fue pasante con Max Borges Jr. en Cuba. Borges era conocido en los círculos arquitectónicos de América Latina por su diseño del legendario club nocturno Tropicana de La Habana, una serie de arcos de hormigón delgados unidas por astillas de vidrio. Fuera de la universidad, Candela se empleó en el estudio de arquitectura más grande de Cuba: Sáenz, Cancio, Martín, Álvarez y Gutiérrez (SACMAG). A finales de 1950, la firma trabajó como arquitectos de la construcción en un edificio que Mies Van Der Rohe diseñó para la empresa de ron Bacardí en Santiago de Cuba.
 

El edificio fue abandonado después de sufrir daños por el huracán Andrew en 1992. La campaña forma parte de la iniciativa Ciudades de Heineken, cuyo objetivo es ayudar a revitalizar las zonas urbanas en los EE.UU. La compañía tiene previsto lanzar campañas Indiegogo adicionales para seleccionar los proyectos a finales de este año.

El crowdfunding cada vez se utiliza para obtener proyectos de arquitectura pública del suelo. Los planes para un parque subterráneo en la ciudad de Nueva York, una ruta ciclista flotante en Londres y un puente peatonal de 400 metros de largo en Rotterdam son algunos de los proyectos que han recibido apoyo a través de crowdfunding.