El Drago del municipio de Icod de los Vinos, en Tenerife, es el ejemplar más antiguo de Dracaena Drago, que se conserva en el archipiélago atlántico, un árbol con 16 m de altura y una circunferencia de 20 m en la base. Especie endémica de Canarias, con un crecimiento lento, el drago tiene un fuerte simbolismo ya que antiguamente se le consideraba el protector de las islas, (sin embargo, a principios de los años 1980, quien necesitaba protección era precisamente el Drago).
«El Parque del Drago, 1998-2023: 25 años envolviendo el árbol milenario» por Fernando Menis. Fotografía por Hisao Suzuki.
Los visitantes - alrededor de 1 millón al año - acudían a verlo, y la intensa actividad que el turismo generaba a su alrededor, puso en peligro su propia existencia. Fue necesario parar las visitas y buscar soluciones para que El Drago no muriese de éxito.
Cuando los conceptos de «biodiversidad» y de «re-naturalización» de los entornos urbanos empezaban a ser innovaciones en congresos científicos, pero no eran todavía objeto de nuestras conversaciones diarias ode artículos en los medios de comunicación, en el municipio tinerfeño de Icod de los Vinos, ante la insistencia de grupo de visionarios formado por biólogos y botánicos preocupados por la salud del árbol, se convocó un concurso internacional de ideas.
«El Parque del Drago, 1998-2023: 25 años envolviendo el árbol milenario» por Fernando Menis. Fotografía por Arvid Berg.
La propuesta ganadora para el nuevo Parque del Drago fue la del equipo integrado por tres jóvenes arquitectos -Felipe Artengo, Fernando Martin Menis y José María Rodríguez Pastrana-, una propuesta que con el paso de los años, se convertiría en una de las intervenciones patrimoniales más importantes de las Islas Canarias en materia de conservación y restauración de la biodiversidad de un barranco.
Han pasado ya 25 años desde que, en 1998, volvieron a abrirse al público las visitas al Drago y a su nuevo parque. Un proceso que ha tenido un recorrido mas largo para devolver a sus condiciones naturales este árbol mítico que estuvo a punto de desaparecer.
«El Parque del Drago, 1998-2023: 25 años envolviendo el árbol milenario» por Fernando Menis. Fotografía por Hisao Suzuki.
El modo en el que se abordó entonces, y se sigue abordando ahora, aquel proyecto de restauración ecológica, conecta y explica la investigación «Islas de mundo», que Fernando Menis está llevando a cabo, y en la que se condensa la trayectoria profesional del arquitecto, entendiendo la arquitectura como parte del paisaje insular. El proyecto del Parque del Drago se afrontó poniendo en el centro la naturaleza: un árbol.
Hoy parece lo más lógico y una decisión llena de sentido común, pero en los años 80, en pleno boom turístico de las Islas Canarias, el proyecto fue tachado de errático e imposible, pues proponía la eliminación de una carretera general importante del norte de la isla, de alto uso, no solo turístico sino local.
Se eliminó la carretera para proteger al Drago de la contaminación y las vibraciones, separándolo de los ruidos y humos de la ciudad y devolviéndole su hábitat original, pues así es cómo había estado siempre, creciendo durante siglos tras una tapia que separaba la finca en la que se encontraba del resto del municipio. Esta tapia, que había desaparecido también, se recreó levantando un muro protector que se situó en el mismo lugar, con la misma altura y el mismo material, es decir piedra basáltica del lugar.
«El Parque del Drago, 1998-2023: 25 años envolviendo el árbol milenario» por Fernando Menis. Fotografía por Hisao Suzuki.
Se realizó donde había existido durante cientos de años un cerramiento similar de la finca agrícola, la última entre la ciudad y el barranco, y en cuyo borde creció el Drago conviviendo durante cientos de años con la naturaleza primigenia del lugar, paraíso natural del que fue expulsado forzando su introducción en el núcleo de la ciudad y en las rutas turísticas de la isla.
Actualmente se intenta impulsar una buena finalización del Centro de Visitantes del Parque del Drago, edificio proyectado por los mismos arquitectos y motivo de una nueva controversia jurídica en 2023, la última de las muchas vicisitudes que tuvo que afrontar el proyecto del Parque del Drago.
El proyecto «Islas del Mundo» cuenta con los apoyos de Canarias Aporta, Proexca, Fundación CajaCanarias, Cabildo de Tenerife, Ministerio de cultura y Deporte del Gobierno de Canarias, ICEX Next, Turismo de Canarias e Instituto Canario de Desarrollo Cultural.