Sus grandes aleros en voladizo, la preocupación en los detalles y el manejo en los materiales hacen que la Casa Robie destaque entre las demás. El impacto del diseño fue tan grande en su epoca, que en 1958 la revista "House and Home" la eligió como la mejor vivienda del siglo XX.
En la década de 1900, Frank Lloyd Wright desarrolló lo que se calificaría como su gran primera etapa. Este periodo se caracterizó por el uso de un lenguaje arquitectónico propio, basado principalmente en la utilización de líneas horizontales y plantas creadas en torno a la figura del hogar. Según Wright, esta horizontalidad encarnaba los valores de Estados Unidos, al trasladar formalmente la pradera del medio oeste a sus edificios. Esto queda reflejado en la publicación de «Wasmuth Portfolio» en 1910 (Berlín), donde Wright estaba muy preocupado intentando desarrollar un estilo que manifestara e identificase los ideales de la democracia y la identidad del pueblo estadounidense. Otros arquitectos como Pevner y Giedion prefirieron interpretar ideas similares en na clave diferente: una concepción maquinista de la modernidad; ideales de una nueva sociedad, claramente diferenciados en la busqueda de una nueva concepción de la arquitectura.
Las primeras ideas de la «Casa de la Pradera» ya estaban planteadas por Wright en febrero de 1901 cuando se publica Ladie's Home Journal.
Frederick Carlton Robie, encarga a Frank Lloyd Wright en 1908 la construcción de su casa. Carlton quería una casa innovadora, que reflejara una gran ligereza, sin mucha ornamentación y una concepción espacial sin interrupciones. Las obras ya habían comenzado en 1909 y finalizaron en 1910. Wright dejaría la obra a cargo de Hermann von Holst, durante su viaje a Europa, periodo durante el que se instalaría en Berlín, por lo que sólo supervisó la primera etapa. Vendieron la casa rápidamente por 50.000 dólares de la época. Posteriormente la casa sería vendida en 1912 y lo sería nuevamente en 1926 al Seminario Teológico de Chicago.
Vista Interior. La Casa Robie, 1908-1910. Fotografía por José Juan Barba.
Vista exterior, 18 de agosto de 1963. La Casa Robie, 1908-1910. Fotografía por Cervin Robinson, Cortesía de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
La casa sufriría varios intentos de derribo. En 1941, sería la primera vez y posteriormente, en 1957, el Seminario Teológico de Chicago intentaría derribarla nuevamente, pero en esta ocasión, el mismo Wright, que ya contaba con 90 años, viajó a Chicago para defender su obra, obteniendo el apoyo de diferentes organizaciones, como el National Trust for Historic Preservation. William Zeckendorf salvaría la casa al comprarla.
El 27 de noviembre de 1963 fue catalógada como hito histórico nacional (National Historic Landmark) y el 15 de octubre de 1966 entró en el registro nacional de lugares históricos de Estados Unidos. En 1992, se iniciaron las negociaciones para su restauración y las obras comenzaron en 2002.
El solar de la Casa Robie tiene 842,90 m² y es angosto, por lo que Wright elije una única axialidad para el proyecto. La casa se despliega en dos cuerpos desplazados entre sí, dejando así dos grandes huecos en el solar. Uno de estos cuerpos, el trasero, contiene las dependencias del servicio. El segundo posee el núcleo central de las escaleras y la chimenea. El semisótano contiene el salón de billar y la sala de los juegos para niños. La planta baja, contiene el salón y el comedor y en la primera planta se encuentran las habitaciones. Los huecos de ventana de ambos cuerpos tienen la orientación perfectamente adaptados para hacer frente al fuerte clima de Chicago: muy caluroso en verano y un excesivo frío en invierno.
Los volúmenes cúbicos y planos proyectados de forma horizontal por Wright hacen el rasgo formal más destacado de la vivienda. Esto hace que la Casa Robie consiga una libertad formal inexistente en esos momentos en Europa lo que causó una gran influencia y reconocimiento en los pioneros del Movimiento Moderno.