La vivienda se desarrolla en dos alturas, se emplaza en una parcela rectangular en la que se deconstruye según su orientación y programa de usos. Uno de los elementos más importantes en el proyecto es el tratamiento de la luz.
Descripción del proyecto por OOOA Arquitectos
¡Suerte de llegar los últimos!
Intervenir ocupando la última parcela sobre una porción de ciudad jardín ya consolidada en la última década nos hace reformular decisiones apriorísticas como orientaciones, vistas o fachadas. Las condiciones de contorno o preexistencias son buenas oportunidades por las situaciones que generan, favoreciendo respuestas diferentes a las más académicas que en un principio surgirían.
La vivienda se adelanta y cruza su mirada para aprovechar las mejores vistas posibles sobre el imponente espacio arbolado cercano. Aperturas que posibilitan a su vez que la luz del atardecer penetre en la zona de día a través del espacio a doble altura propuesto.
Se reivindica la composición tan gaditana de volúmenes de terrazas, la mayoría de ellos prismáticos, que en la organización de sus huecos buscan la luz o las vistas. Inquietudes por abordar la construcción de una vivienda costera, que debía buscar su posición y erigir algún elemento a modo de torreón con el que poder vigilar a la Bahía.
Desde el inicio, el programa de la vivienda marca un acotado y protegido programa individual en la configuración de las habitaciones, mientras que a la vez una secuencia continua de espacios domésticos y exteriores desarrolla las actividades más colectivas de la familia y sus invitados. De esta forma se constituye a modo de espina un elemento opaco, pero de fuerte personalidad que mediante el panelado en madera de iroko divide el mundo de las habitaciones y espacios de servicios de las zonas de relación colectivas (distribuidor, patios, salón-cocina, biblioteca, sala de televisión, etc.).
Y todo ello se ordena con patios, entrantes y salientes, los cuales sirven para controlar la luz en diferentes situaciones del día. Un olivo tamiza la luz del amanecer. Posteriormente es la zona de la cocina y el salón quien recibe una limpia luz de la mañana. Las pérgolas protegen el sol del sur y volvemos a tener una dorada luz de atardecer que colorea a modo de lienzo la pared que acompaña la escalera que nos lleva a la biblioteca. La luz es el tema.