Como tercer y último paso, reconfiguración, diseñan una pieza de latón, lineal, suspendida del techo que da continuidad a los diferentes espacios abovedados para organizar las zonas expositivas, un pieza resilente con usos múltiples desde donde se descuelgan paneles, vitrinas, iluminación… En el exterior, se diseña un nuevo espacio de acceso o plaza pública con 20 palmeras.
Descripción del proyecto por AYLLÓN . PARADELA . DE ANDRÉS
ESTRATOS DE HISTORIA
El término resiliente significa que algo tiene la capacidad de recuperación de algo tras estar sometido a fuerzas o presiones producidas en el tiempo. Por ejemplo, un metal resiliente puede absorber las tensiones para no romperse o deformarse de manera permanente; es decir, recupera su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.
La ciudad y los edificios de nuestro tiempo, necesitan ser reparados constantemente para adaptarse a las necesidades de la contemporaneidad y evitar que caigan en el tedio del olvido. En ese sentido, el sociólogo Richard Sennet, en su ensayo El Artesano, señala que los arquitectos y urbanistas tienen muchas cosas que aprender del artesano en relación a cómo reparar ambos; Para recuperar un jarrón roto, el artesano puede seguir tres estrategias: la restauración, la rehabilitación o la reconfiguración.
Así, para Sennet, cuando el artesano restaura un jarrón busca que el objeto vuelva a parecer nuevo. Usa cada pedacito de porcelana rota, rellena los huecos con materiales idénticos a los originales y emplea un pegamento transparente. Su trabajo debe parecer invisible; el tiempo queda suspendido.Otra opción es la rehabilitación. En este tipo de trabajo, el artesano usa porcelana moderna y un pegamento más resistente que el original pero que se nota en la superficie del jarrón. La mano del artesano resulta evidente. Un tercer tipo de actuación sería la reconfiguración. Aquí, el hecho de que algo se haya roto resulta ser una oportunidad para crear un objeto diferente al original, tanto en su forma como en su función. En la reconfiguración, el artesano se convierte en un inventor de la forma, en lugar de en un mero reparador de las formas concebidas por otros.
En el urbanismo o la arquitectura, las 3 estrategias pueden superponerse todas ellas de modo que la obra adquiere un carácter de palimpsesto en el que las diferentes actuaciones a lo largo del tiempo se entrelazan formando una nueva realidad contemporánea que permite a la vez leer, a modo de estratos superpuestos, las distintas realidades pasadas de la vida del edificio. Cada arquitectura expresa momentos de la cultura de un pueblo y configura de manera particular su ambiente urbano. Así, el ambiente presente es el resultado de la superposición de las capas del pasado reconfiguradas a la contemporaneidad.
De este modo, la intervención propuesta, persiguiendo este objetivo, se fundamenta en esas 3 estrategias. En primer lugar (restauración), la actuación se centra en recuperar el volumen y la forma primitiva de todas las bóvedas, eliminando toda la tabiquería y forjados itermedios. Igualmente, se eliminan todos los revocos y pinturas, restaurando el material primitivo allí donde aún esta presente el original.
En una segunda etapa (rehabilitación), a tenor de las perdidas de material original de gran volumen en determinados puntos (huecos practicados en los muros, suelos fachadas etc..), la propuesta renuncia a recrear las fábricas originales para recomponer esas heridas y se libera a nivel material para recomponer esos vacíos de cara a conseguir recuperar la forma primitiva pero desde la contemporaneidad a través del uso de materiales neutros y abstractos como pletinas de aluminio lacado en negro.
Por último (reconfiguración), la intervención busca adaptar la preexsitencia a las exigencias funcionales de la contemporaneidad. Para ello, la actuación emplea elementos abiertos -desligados formal y materialmente del original-, que colonizan la preexistencia configurando la nueva realidad. Así, aparece un elemento lineal suspendido en el vacío que enlaza todos los volúmenes recuperados de las bóvedas primitivas. Este elemento, configura los distintos ámbitos espaciales del CIMR y el propio recorrido expositivo a partir de los diferentes dispositivos que descuelgan del mismo (paneles, expositores, vitrinas...), así como se convierte en el elemento infraestructural principal (iluminación, datos..). Para su materialización, se apuesta por el latón, material de alta resiliencia, ductilidad, maleabilidad y gran resistencia a la corrosión marina. Éste procede de la aleación del cobre y zinc, minerales fáciles de conseguir y muy económicos en el entorno próximo (Marruecos).
Igualmente, en esta última etapa, en un claro gesto de entender la actuación desde una vocación al servicio de la ciudadanía, la actuación apuesta por una decidida reconfiguración urbana del ámbito de acceso, liberando por completo el frente urbano del nuevo Centro de Interpretación de las Murallas Reales. De éste modo, se genera un gran vacio urbano dominado por 20 palmeras que, a modo de soportal, se convierten tanto en el espacio de acogida para visitantes y turistas del nuevo CIMR como en una nueva plaza pública al servicio de los ceutíes.