Langarita -Navarro Arquitectos ha diseñado la Casa Baladrar en Benissa, Alicante. Una casa de dos pisos en el típico destino turístico español, sin embargo, Luis Díaz Díaz, que siempre piensa en todas las cosas que podrían suceder en el interior de una casa, propuso realizar las fotografías como si fuesen una historia de The Manhattan Transcripciones (de Bernard Tshcumi).
En The Room, Bernard Tschumi en 1978 explicaba y mostraba las evidencias de un crimen en el parque, The Park. Luis Díaz Díaz nos muestran imágenes con un hombre desplomado sobre el marco de color verde menta de uno de los muchos grandes ventanales de la casa, otra muestra una mujer con tacones que yace detrás de un sofá sobre un suelo con baldosas de terracota en la sala de estar o una piscina que contiene una cuerpo con la cara hacia abajo.
«Quería crear un contraste entre la claridad de las líneas arquitectónicas de la casa y este tipo de acontecimientos extraños», explica el fotógrafo.
De otro lado, la arquitectura. El interior incluye una serie de techos facetados en ángulos de ida y vuelta por encima de la sala de estar de planta abierta y de la cocina, en el piso superior de la casa. Añadieron estos detalles (y azulejos de cristal verdes que cubren algunas de las paredes más bajas) para imitar la topografía accidentada, una ladera con pequeñas piezas de vegetación que une la casa con el mar. "Queríamos una manera de habitar este paisaje rocoso ", comenta la arquitecta María Langarita.
Una serie de dormitorios se encuentran en el nivel inferior. Al igual que la sala de estar, cada uno se puede abrir a las terrazas que los rodean deslizando puertas de cristal y persianas metálicas perforadas. "Nuestro objetivo era hacer una casa muy abierta, de modo que cuando las ventanas están abiertas desaparecen por completo detrás de estas animadas celosías verdes y no ves ninguna de cristal", comenta Langarita .
Descripción del proyecto por María Langarita y Víctor Navarro
La ciudad dispersa y transeuropea en que se ha convertido la costa montañosa de Alicante aloja una población heterogénea atraída por el sol, el mar, el clima templado, la proximidad de servicios o la vegetación frondosa.
La promesa de experiencias relajadas y hedonistas cautiva tanto a turistas de temporada como a residentes estables que ven consumadas sus expectativas en escenarios de jazmín y buganvillas. El proyecto participa de este contexto y se diseña para acoger las demandas de una vida multifamiliar en verano y el retiro de jubilados el resto del año.
Casa Baladrar por María Langarita y Víctor Navarro. Fotografía © Luis Diaz Diaz.
La casa se apoya en los existentes aterrazamientos de ascendencia agrícola que salvan la fuerte pendiente del solar. La diferencia de altura de la parcela permite desde la cota superior obtener unas esplendidas vistas lejanas del mar mientras la parte inferior se asoma al cauce asilvestrado de un arroyo que desemboca en una cala de cantos rodados.
La vivienda se alía con las vistas y la brisa y aprovecha los desniveles y la vegetación para construir los rincones en los que desplegar actividades simultaneas a lo largo del día y la noche. Se han conservado los arboles existentes y se han aportado nuevas especies para conquistar la exuberancia onírica prometida.
Los espacios interiores se organizan en cascada, dejando en la parte superior las zonas públicas asociadas a terrazas miradores y en la inferior las habitaciones conectadas con el jardín y la piscina. El detalle propuesto para los huecos elimina la presencia del vidrio cuando están abiertos lo que permite entender la casa como un enorme porche que da continuidad a las actividades exteriores en el interior.
La construcción aprovecha la inercia térmica del hormigón y la piedra y la combina con la ligereza de las celosías verde aguacate y el mosaico vítreo para proporcionar ambientes frescos y ventilados. La geometría y materialidad mineral se mira en el imponente Peñón de Ifach y responde al deseo de viajar en el tiempo con el mínimo mantenimiento.
Casa Baladrar por María Langarita y Víctor Navarro. Fotografía © Luis Diaz Diaz.