Los materiales se utilizan de manera inteligente, lo que hace que el edificio sea ligero y económico. Una estructura de caña soporta tres losas de concreto con diferente inclinación (10%, 8% y 16%). Las losas de hormigón se aligeran con cáscaras de arroz, lo que reduce su peso en 9 toneladas.
La calidad del espacio no se ve comprometida por el bajo costo de los materiales, sino que se enriquece con "la flexibilidad y la ligereza de la caña, el velo de policarbonato, los reflejos del vidrio, la contención del concreto, el toque del ladrillo, la seguridad de la malla y la permanencia de la piedra".
Descripción del proyecto por Bamba + de Teresa + González
Delimitar
La ubicación del proyecto se debe a la elección por parte de los clientes de dos árboles en pendiente, entre los que situar una cabaña que permita pasar la noche y hacer un seguimiento del terreno cultivable de alrededor. Esta cierta inconsistencia de la casa en el comienzo, unida a un reducido presupuesto, permite al proyecto cuestionar la relación con la pendiente del terreno y explorar alternativas que permitan ascender y habitar a un menor precio.
El ascenso hasta el punto de observación se produce a partir de un primer dibujo de los clientes, en el que se sitúan a ellos mismos en la cubierta de la casa, y trazan entre los dos árboles una rampa quebrada en tramos de diferentes pendientes que se distancia poco a poco del terreno.
Habitar la pendiente
El plano horizontal plano es un artificio del ser humano que ha cobrado importancia en el territorio de lo doméstico hasta llegar a ser incuestionable, y sin embargo, no existe ninguna horizontal natural que podamos habitar en el planeta. La casa plantea recuperar el plano inclinado como espacio habitable, capaz de dar acceso a las superficies horizontales que soportan el programa convencional de una casa (sala, comedor, cocina, baño, cama y oficina), en un desplazamiento que permite llegar a una altura de 9 metros sin subir escaleras.
El programa se alinea por ello a lo largo de tres planos inclinados que prolongan la pendiente del terreno, generando varias cubiertas superpuestas, y en cuyo punto de unión se agujerean para poder ser habitadas y permitir atajos entre las diferentes partes del programa.
¿Dónde le pongo muebles?
El suelo, como principal campo de juego durante la infancia, se transforma normalmente a partir de cierta edad en un terreno distante debido a su horizontalidad. La casa en rampa pretende recuperar el suelo como territorio habitable, aproximándolo al adulto, invitándolo a sentarse en él y permitiéndole, gracias a su inclinación, tomar medida a la gravedad, mientras establece una relación cercana con el terreno y lejana con el mar. Se produce así un espacio indeterminado que sugiere al ocupante una reformulación de sus hábitos al crear un desacuerdo con el mobiliario estandarizado.
Construir con menos
Una estructura de caña guadua envuelve el núcleo central de ladrillo a modo de andamiaje, construyendo tres tramos de diferente inclinación (10%, 8%, y 16%) que se adaptan al programa correspondiente. El desarrollo en rampa de la estructura permite la triangulación de la misma, y el uso de losas de hormigón aligeradas con cascarilla de arroz reduce en 9 toneladas su peso, generando una estructura semiabierta que permite construir a menos de 100$ el m2.
La flexibilidad y ligereza de la caña, el velo del policarbonato, los reflejos del vidrio, la contención del hormigón, el tacto del ladrillo, la seguridad de la malla, y la permanencia de la piedra, colaboran en la construcción de un volumen cuya calidad reside, principalmente, en la cantidad de espacio generado.