La curvatura de los muros y el tratamiento del ladrillo en su composición ayudan a generar una dinámica vertical y horizontal, que enriquecen volumétrica y espacialmente esta pequeña instalación deportiva.
En uno de los módulos se localiza el vestuario del árbitro, uno de los vestuarios y dos espacios destinados al mantenimiento y las instalaciones. En el siguiente módulo se sitúa el otro vestuario, un primer aseo y un espacio de almacenamiento. El edifico se completa en su extremo con un segundo aseo y un pequeño ambigú que permite disfrutar del futbol y una buena visión panorámica de El Garrobo.
Para el proyecto se opta por un ladrillo cara vista tanto en los muros de carga como en las fachadas principales que trabaja tanto como estructura, fachada y acabado interior de los vestuarios.
Edificio de vestuarios y servicios auxiliares en El Garrobo por Sergio Mota y Liangliang Chen. Fotografía por Fernando Alda.
Descripción del proyecto por Sergio Mota + Liangliang Chen
El lugar destinado al edificio de vestuarios y servicios auxiliares se prevé en una zona en bruto en la esquina sur del perímetro del campo de fútbol. El proyecto plantea una construcción rectangular de 28m de largo por 5,55m de ancho, un edificio eminentemente longitudinal, más extenso del inicialmente previsto en las bases lo cual permite evitar un eventual conflicto con las torres de iluminación y un desarrollo alargado en planta que supone un acercamiento hacia el acceso principal del campo de fútbol.
Se trata de una edificación modular, construida con muros de carga cada 3m sobre los que apoya una cubierta de hormigón armado que recoge el agua a través de un canalón en su fachada posterior. Existen dos módulos libres y cubiertos que sirven de acceso a los diferentes usos al mismo tiempo que permite una continuidad visual con el entorno natural inmediato.
Edificio de vestuarios y servicios auxiliares en El Garrobo por Sergio Mota y Liangliang Chen. Fotografía por Fernando Alda.
El proyecto busca una optimización de los recursos por ello se elige el ladrillo cara vista tanto en los muros de carga como en las fachadas principales siendo a su vez estructura, fachada y el acabado interior de los vestuarios. La luz y la ventilación de los diferentes espacios se garantizan a través de una serie de celosías y huecos superiores en la parte posterior.
En su fachada hacia el campo de fútbol, el edificio adopta una curva que genera una secuencia de asientos que protegen al espectador del soleamiento meridional y crea unos huecos verticales que aseguran una ventilación mayor. El edificio se completa en su extremo este con un pequeño ambigú que permite disfrutar del fútbol y de una visión panorámica sobre la localidad de El Garrobo.