El conjunto de edificios que constituyen los hoy Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y Biblioteca Joaquín Leguina, eran el antiguo complejo de la Fábrica de Cervezas El Águila, cuya construcción abarcó desde el 1900 al 1914, fundada por Augusto Comas y Blanco de la S.A. El Águila, y que ocupó la mitad de la manzana actual, entre las calles General Lacy, Ramírez de Prado y Vara del Rey en el barrio de Delicias. El proyecto original estaba constituido por diez edificios y sus calles, sobre un solar de 8.000 m².
Su ubicación era entonces a las afueras de Madrid, entre las líneas de ferrocarril de Atocha y Delicias, le proporciona una comunicación directa con las mismas gracias a unas vías propias, que aún hoy podemos contemplar en el patio. La privilegiada situación de la zona respecto al transporte ferroviario, además de la proximidad a las carreteras de Valencia y Andalucía, propició su desarrollo industrial, conformando el primer espacio dedicado específicamente a la industria y diferenciado de Madrid, con otros asentamientos tales como Standard Eléctrica, Isolux o Tabacalera.
Los edificios industriales a comienzos del siglo XIX se caracterizan por no diferenciarse del resto de construcciones, pues solían establecerse en suelo urbano. Por un lado, la arquitectura industrial europea y norteamericana, como la misma industria, evolucionó de forma vertiginosa, incorporando el acero, el vidrio o el hormigón, mientras que España, desvinculada de la cultura centrípeta europea, evoluciono más lentamente hacia una construcción de ladrillo, que añadió valores técnicos constructivos, racionalidad y lógica, la significación del trabajo artesanal y la verdad en la construcción y el uso de los materiales, lo que creó una forma de expresión con cierto sentido nacionalista, en busca de una herencia histórica diferenciadora; así la arquitectura industrial se relacionó directamente con el neo-mudéjar, y con la influencia de la fábrica monumento alemana. Por todo esto, la S.A. El Águila encargó el proyecto al arquitecto Eugenio Jiménez Correa, simpatizante del neo-mudéjar. Como resultado, todas las fachadas de la fábrica eran de ladrillo visto sin revestir, a tizones por el exterior y aparejado a la española, fabricado en tejeras madrileñas.
Con la llegada de la Guerra Civil la fábrica fue incautada durante casi tres años, y aunque después volvió a manos de sus dueños iniciales y volvió a ponerse en funcionamiento, sufrió numerosas ampliaciones y modificaciones que desvirtuaron el carácter unitario. En 1978 el COAATM realizó el monográfico “Madrid degradación urbana”, y da cuenta de que la mayoría de los vecinos encuestados considera la antigua fábrica carente de interés arquitectónico y apoyan su desaparición. A mediados de los años 80 se abandona por completo. Será en 1990 cuando un movimiento de reivindicación del patrimonio industrial de interés cultural, que considera el valor histórico y representativo de la fábrica, consiga incorporar “La antigua fábrica de cerveza El Águila” como “Bien de Interés Cultural”. En 1994 la Dirección General de Patrimonio Cultural convoca el concurso de ideas para la realización de un centro de expresión artística en El Águila, en el que Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla se proclamaron ganadores. Con el cambio de legislatura autonómica, la administración pública decide que finalmente sería la nueva Biblioteca Regional y el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid lo que ocupase el edificio.
El Archivo y la Biblioteca, en la antigua fábrica de cerveza El Águila, forman un centro documental cuyos objetivos son la conservación, custodia y difusión del patrimonio histórico documental. El Archivo Regional, con una superficie de 30.000 m², se organiza en tres módulos: ingresos, depósitos (con una capacidad de 100 km de estanterías) y atención al público. La Biblioteca Regional, con una superficie de 10.000 m², resuelve un programa diversificado de biblioteca multimedia rehabilitando los diferentes espacios industriales; los silos que en el pasado almacenaban el grano, guardan hoy los libros editados en la Comunidad de Madrid y numerosa documentación histórica de gran interés: desde el fondo fotográfico que incluye la obra de Martín Santos Yubero, una auténtica joya documental, a las obras censuradas durante la dictadura, pasando por manuscritos cervantinos o el plano de Teixeira.
Ambos complejos tan diferentes funcionalmente, aunque están separados físicamente por la calle central con las vías, no fragmentan la idea de unidad original del conjunto de la industria, integrándose entre sí y con el todo. A la vez, la intención de manifestar la memoria colectiva, provoca un diálogo continuo entre la edificación moderna y antigua en el edificio, que enriquece por igual a ambas.
ARCHIVO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID.
Dónde.- Calle Ramirez de Prado, 3. Madrid (España).
Cuándo.- Sábado 1 de octubre y domingo 2 de octubre de 2016,de 10.00 a 14.00h y de 16.00 a 20.00h.
Inscripción.- Sin Inscripción.
BIBLIOTECA JOAQUÍN LEGUINA.
Dónde.- Calle Ramirez de Prado, 3. Madrid (España).
Cuándo.- Sábado 1 de octubre y domingo 2 de octubre de 2016,de 10.00 a 14.00h y de 16.00 a 20.00h.
Inscripción.- Sin Inscripción.