Guillermo Santomá es un arquitecto / diseñador que vive y trabaja en Barcelona. Nacido en 1984, después de obtener una máster en diseño de Elisava Barcelona, Santomà llamó la atención sobre su trabajo después de su transformación total de Casa Horta, una intervención arquitectónica y artística en una horta-casa tradicional de principios del siglo XX. Santomà se sitúa en un punto intermedio entre la arquitectura y el diseño y crea entornos completos para que su obra actúe.
Desde su construcción, Santomà trabaja en diferentes formatos que se mueven entre el diseño, la arquitectura, la escultura y la escenografía. Utiliza simples mecanismos para alterar objetos familiares en un constante proceso de deformación creando ambientes completos. Su obra denota un interés por la transformación sistemática de las formas de objetivar, organizar, analizar y, por tanto, transmitir. Podría describirse como interesado en cómo un espacio se ve afectado por la producción de elementos vagamente similares a los muebles, así como por las intervenciones cromáticas.
Parece que la fuerza que motiva su interés por la arquitectura está impulsada por la pregunta: ¿cómo se ve el espacio social de una mente reaccionaria? La cuestión es delicada porque tendemos a atribuir la práctica del arte a valores liberales, aunque hay muchos ejemplos históricos de artistas que de ninguna manera comparten tales principios. Sin embargo, Santomà añade otro giro: al artista no solo le interesa cómo la política moldea el carácter y cómo el carácter moldea el gusto, sino también cómo, entonces, el gusto moldea el cuerpo. ¿Se sientan los ultraconservadores en sillas similares a los liberales?
Desde su construcción, Santomà trabaja en diferentes formatos que se mueven entre el diseño, la arquitectura, la escultura y la escenografía. Utiliza simples mecanismos para alterar objetos familiares en un constante proceso de deformación creando ambientes completos. Su obra denota un interés por la transformación sistemática de las formas de objetivar, organizar, analizar y, por tanto, transmitir. Podría describirse como interesado en cómo un espacio se ve afectado por la producción de elementos vagamente similares a los muebles, así como por las intervenciones cromáticas.
Parece que la fuerza que motiva su interés por la arquitectura está impulsada por la pregunta: ¿cómo se ve el espacio social de una mente reaccionaria? La cuestión es delicada porque tendemos a atribuir la práctica del arte a valores liberales, aunque hay muchos ejemplos históricos de artistas que de ninguna manera comparten tales principios. Sin embargo, Santomà añade otro giro: al artista no solo le interesa cómo la política moldea el carácter y cómo el carácter moldea el gusto, sino también cómo, entonces, el gusto moldea el cuerpo. ¿Se sientan los ultraconservadores en sillas similares a los liberales?
