Enric Sagnier Enric Sagnier nació en Barcelona el 21 de marzo de 1858, hijo de Lluís Sagnier i Nadal, presidente de la Caixa d'Estalvis i Mont de Pietat de Barcelona (un banco), y Clementina Villavecchia Busquets. Su padre fue un destacado estudioso de los clásicos, que tradujo a Jenofonte y Anacreonte, y el joven Enric fue un talentoso pintor y violinista. Estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, de la que se graduó en 1882.
Inició su carrera profesional como ayudante de Francisco de Paula del Villar y Lozano: bajo sus instrucciones realizó su primera obra, la rehabilitación de la capilla de Sant Josep en la iglesia de la abadía de Santa María de Montserrat (1884). Su primera obra importante fue la iglesia de Santa Engràcia de Montcada (1886), de estilo neogótico; fue destruido durante la Guerra Civil Española. Su primer edificio de apartamentos, la Casa Cuyàs, se construyó el mismo año.
Tuvo un considerable éxito profesional desde el principio, recibiendo numerosos encargos de la Iglesia y de la aristocracia catalana. En 1886, cuando aún tenía veintitantos años, recibe el encargo, junto con Josep Domènech i Estapà, de diseñar los nuevos Juzgados de Justicia de Barcelona. La construcción de este enorme proyecto comenzó al año siguiente, y ese mismo año Sagnier se casó con Dolors Vidal-Ribas i Torrents. La pareja tuvo seis hijos, de los cuales dos murieron jóvenes y uno, Josep Maria, también se convirtió en arquitecto.
Enric Sagnier recibió numerosos reconocimientos, como la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona por haber ganado un premio en el concurso de arquitectura del Ayuntamiento durante tres años consecutivos (1917). Fue miembro de la Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi y del Cercle Artístic de Sant Lluc, para el que diseñó el emblema. También se convirtió en miembro del Patronato de Museos y miembro del Patronato de la Caixa d'Estalvis de Barcelona. En ocasiones estuvo involucrado en política, ejerciendo como diputado provincial en dos ocasiones, representando a un grupo católico aliado a la Lliga Regionalista, el Centro de Defensa Social. Mantuvo estrechos vínculos con la Iglesia, en particular con los salesianos; fue nombrado arquitecto diocesano de Barcelona, y en 1923 el Papa lo nombró marqués. En sus últimos años trabajó con su hijo Josep Maria Sagnier i Vidal. Murió en Barcelona en 1931.
Inició su carrera profesional como ayudante de Francisco de Paula del Villar y Lozano: bajo sus instrucciones realizó su primera obra, la rehabilitación de la capilla de Sant Josep en la iglesia de la abadía de Santa María de Montserrat (1884). Su primera obra importante fue la iglesia de Santa Engràcia de Montcada (1886), de estilo neogótico; fue destruido durante la Guerra Civil Española. Su primer edificio de apartamentos, la Casa Cuyàs, se construyó el mismo año.
Tuvo un considerable éxito profesional desde el principio, recibiendo numerosos encargos de la Iglesia y de la aristocracia catalana. En 1886, cuando aún tenía veintitantos años, recibe el encargo, junto con Josep Domènech i Estapà, de diseñar los nuevos Juzgados de Justicia de Barcelona. La construcción de este enorme proyecto comenzó al año siguiente, y ese mismo año Sagnier se casó con Dolors Vidal-Ribas i Torrents. La pareja tuvo seis hijos, de los cuales dos murieron jóvenes y uno, Josep Maria, también se convirtió en arquitecto.
Enric Sagnier recibió numerosos reconocimientos, como la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona por haber ganado un premio en el concurso de arquitectura del Ayuntamiento durante tres años consecutivos (1917). Fue miembro de la Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi y del Cercle Artístic de Sant Lluc, para el que diseñó el emblema. También se convirtió en miembro del Patronato de Museos y miembro del Patronato de la Caixa d'Estalvis de Barcelona. En ocasiones estuvo involucrado en política, ejerciendo como diputado provincial en dos ocasiones, representando a un grupo católico aliado a la Lliga Regionalista, el Centro de Defensa Social. Mantuvo estrechos vínculos con la Iglesia, en particular con los salesianos; fue nombrado arquitecto diocesano de Barcelona, y en 1923 el Papa lo nombró marqués. En sus últimos años trabajó con su hijo Josep Maria Sagnier i Vidal. Murió en Barcelona en 1931.
