Pozo Podenco por Gartnerfuglen Arkitekter + Mariana de Delás

Descripción del proyecto por Gartnerfuglen Arkitekter + Mariana de Delás

Las tradiciones en Mallorca continúan derivando en hacer de la isla una región turística. Los hoteles, restaurantes, casas de playa y clubes continúan abriéndose, proporcionando un espejismo del paraíso para aquellos en busca de un bronceado rápido y fácil. En medio de estas bulliciosas zonas turísticas, todavía hay áreas en las que los lugareños logran vivir una vida en la que el tiempo se ha detenido y los consumidores extranjeros de turistas parecen estar muy lejos. Siendo conscientes del valor de la tierra y de los placeres que proporciona, una de las maneras en que logran hacer crecer las tradiciones es dedicando su tiempo libre a la caza de conejos clásica a través de perros ibicencos (nativos de las Islas Baleares).

Cada semana, durante las temporadas de caza, estos cazadores realizan técnicas populares que implican largas caminatas de madrugada en busca de conejos en donde una buena conexión con los perros es fundamental para el éxito. Cuando termina la mañana, los cazadores se reúnen y preparan un almuerzo en el que se cocinan las presas para compartir un banquete con amigos y familiares.

(Los conejos y las perdices se promueven y se cuidan en toda la propiedad rural a través de la caza sostenible, que incluye ser alimentados, recibir agua y ser controlados por veterinarios)

La trama elegida para intervenir es en un viejo pozo dentro de una exuberante arboleda de naranjos en forma de cueva hecha en la década de 1920 que fue utilizada por los cazadores como área de descanso para rellenar cantimploras, dar agua a los perros e irrigar los árboles frutales. Las piedras que rodeaban el pozo habían desaparecido a lo largo de los años y se habían convertido en un agujero en el suelo protegido por una trampilla.

Los mallorquines valoran mucho el agua (fresca). Rodeado por el océano salado, y casi sin ríos ni lagos, el pozo o "pozo" es su "fuente de oro" y debe ser atesorado. El pozo proporciona hidratación, descanso y contemplación, pero también funciona como un lugar para reuniones sociales.

El Pozo Podenco funciona como una parada aérea a lo largo del recorrido, y está construido para manifestar la importancia del agua en este entorno rural. La construcción está compuesta por una rejilla de 3x3 metros hecha con marcos de madera reutilizados. Una torre retráctil central se impulsa desde el medio de la estructura, manteniendo el bien protegido cuando está cerrado y accesible cuando está en uso. La torre también sirve como marcador de lugar en los campos cuando está elevada y protege el pozo cuando está cerrado. Un cabrestante fijado al núcleo interno eleva los marcos de la torre de madera a través de las guías estructurales.

A medida que las puertas y la torre se eleven hacia el cálido sol, se producirá un ligero efecto de pila que creará una ligera brisa junto al pozo sombreado. Para el buscador de emociones, la torre está equipada con una escalera interna que conduce al pequeño mirador con excelentes vistas a los campos circundantes.