La edición de
Burning Man 2023, que comenzó el 27 de agosto y tenía previsto concluir ayer, ha tenido un final inesperado. El festival, un evento que se celebra anualmente en el desierto Black Rock de Nevada, Estados Unidos, reune a miles de personas cada año para crear la «metropolis temporal» de Black Rock City.
Una retícula circular que activa pabellones, instalaciones, muestra obras de arte a gran escala y genera una surrealista congregación humana, en torno a un gran espacio central en el que se produce como ritual de cierre del festival, la quema del «Hombre».
Este año el tema era «Animalia», una exploración de todas las formas de vida, reales o imaginarias, que tematizaron pabellones, instalaciones y animaron el recinto del festival.