En estos años, el Guernica se convierte para Ibarrola casi en una obsesión y decide abordar su propia versión actualizada de la emblemática obra. El resultado es un monumental lienzo compuesto por 10 paneles que homenajean –con figuración y geometría– a la pieza del maestro malagueño.
El artista vasco reinterpreta la obra de Picasso con sus iconografías características, las cuales se erigen en imágenes simbólicas de la época del artista —con las que refiere a masas de obreros, al pueblo, la fuerza represora y la cancelación de toda libertad—, mediante su dramático motivo de rejas.
Descripción del proyecto por Agustín Ibarrola
La obra olvidada de Ibarrola: Guernica para Gernika
La galería madrileña José de la Mano presenta, en la próxima edición de ARCOmadrid, una de las creaciones más emblemáticas del artista vasco Agustín Ibarrola, una obra desaparecida durante décadas. Su presentación en la feria madrileña es un homenaje al 40 aniversario de la llegada del Guernica de Picasso a Madrid. El 10 de septiembre de 1981 llegaba un Boeing 747 a Madrid-Barajas. Entre sus pasajeros, en la zona de carga, ha viajado la obra maestra de Picasso, su Guernica. De esto hace ahora cuatro décadas.
Unos años antes de este histórico aterrizaje, un grupo de artistas e intelectuales vascos capitaneados por Agustín Ibarrola lanza una campaña para que el Guernica de Picasso se instale en la villa vizcaína, bombardeada en plena Guerra Civil, en 1937. La idea es crear un museo en torno a la emblemática obra junto a otras piezas de artistas contemporáneos. En estos años el Guernica de Picasso se convierte para Ibarrola casi en una obsesión y decide abordar su propia versión actualizada de esta mítica obra. El resultado es un monumental lienzo de 2 metros de altura por 10 metros de largo. Son 10 paneles que homenajean –con figuración y geometría– a la pieza del maestro malagueño.
Es 1977, el sueño de que la mítica obra viaje al País Vasco sigue adelante, incluso el Gobierno vasco encarga en estos años un proyecto para su instalación, provisionalmente, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, mientras se construye el nuevo edificio en Gernika. Es en la Sala Gris de este museo bilbaíno donde se presenta por primera vez en 1977 esta obra de Ibarrola, casi como un primer paso de ese museo soñado; y, dos años después, en 1979, de nuevo en la mencionada Sala Gris de esta institución, con un escenográfico montaje que mezcla este emblemático lienzo con otras piezas geométricas y paneles con sus características escenas de fábricas y obreros. Se exhibe una tercera vez, al año siguiente, en la Sala Municipal del ayuntamiento de Barakaldo y, probablemente, en 1981 en la Sala de Arte de la Caja Laboral Popular de Bilbao en la exposición “Gernika Gernikara” (Guernica para Gernika). El resto de la historia es conocida.
El Guernica de Picasso, que ha estado expuesto en el MoMA de Nueva York desde 1939, llega a Madrid y se instala en el Casón del Buen Retiro del Museo del Prado, siguiendo la voluntad del propio Picasso. En 1992 se traslada definitivamente al recién estrenado Museo Reina Sofía de Madrid. La obra de Ibarrola, que nació para acompañar a la de Picasso, nunca llegaría a coincidir con ella. De hecho, durante décadas ha estado guardada, prácticamente olvidada, en el taller del artista vasco sin volver a exponerse al público.
Es en 2020, preparando una exposición del artista vasco, cuando el galerista José de la Mano se fija por casualidad en un catálogo antiguo en el que, detrás de unas obras geométricas, aparecía lo que podría ser una versión del Guernica. Pregunta a la familia y le cuentan esta iniciativa de crear un museo para la villa vasca. Estaba almacenada junto a otras obras de Ibarrola en el caserío que, durante décadas, ha usado como estudio en la localidad vizcaína de Gametxo, cerca del célebre bosque de Oma. Hoy, coincidiendo con el 40 aniversario de la llegada de la obra de Picasso a España se podrá contemplar el Guernica Gernikara de Ibarrola en el stand de José de la Mano, en la presente edición de la feria ARCOmadrid.