Las diferentes actividades de la arquitectura deportiva activa, controlan su acondicionamiento lumínico y acústico de tal manera que no existan distracciones hacia el exterior, logrando atenuar los efectos del clima canario sobre el edificio y las múltiples posibilidades de los espacios interiores.
Una multiplicidad de situaciones sobre un basamento horizontal en planta baja y curvatura en la cubierta, en comparación a la línea de horizonte, como si de la roca basáltica local se tratara.
Descripción del proyecto por Makin Molowny Portela
El Pabellón Municipal Valle San Lorenzo se localiza al sur de Tenerife, una de las islas occidentales del archipiélago canario, en el término municipal de Arona.
El encargo consistía en la creación de un espacio deportivo cubierto en el que se puedan desarrollar diferentes disciplinas deportivas y alojar puntualmente algún acto multitudinario de ocio, presentaciones y conciertos.
Este espacio deportivo se desarrolla en un área del municipio de Arona, en la que el Ayuntamiento del municipio pretende que se ubiquen diferentes equipamientos deportivos. Junto al Pabellón Municipal, se está ejecutando el nuevo campo de fútbol Óscar Pérez Barrios, proyecto también firmado por el estudio.
La propuesta, de orientación norte-sur, se desarrolla a media ladera sobre una suerte de topografía horizontal que nos brinda el terreno, desde donde se visualiza el Océano Atlántico y la vecina isla de La Gomera al fondo.
La escala, y más concretamente la ausencia de ella, es un tema que nos inquietaba desde un primer momento a la hora de afrontar el proyecto. De ahí, la ausencia de huecos que nos den pistas sobre las medidas habituales a las que estamos acostumbrados en espacios deportivos, o el juego de ellos, cuando es necesaria la entrada de luz y del aire, que desconcierta el espectador desde el exterior y evita una imagen continua desde el interior del espacio deportivo.
La propuesta plantea un gran espacio cubierto, preparado para entrenamientos y partidos de fútbol sala, balonmano, baloncesto y voleibol, franqueado en su lado este por un módulo de vestuarios, desarrollado en una planta, y en su lado norte por un módulo de dos plantas, en donde se ubican las zonas de servicio y espacios polivalentes. Es en esta zona, en planta alta y con vistas hacia el interior del espacio deportivo, en dónde se podrán desarrollar clases de yoga o pilates.
La rotunda solución de cerramiento de fábrica de bloque con revestimiento continuo gris antracita, en dónde destacan los pilares de hormigón visto de 9 metros de altura, queda resulta en su parte superior gracias a una estructura de vigas de madera laminada de 38,5 metros de largo y un cerramiento tipo sándwich con acabado metálico en el mismo color que la fachada.
Los acabados del espacio deportivo en hormigón visto, liso y abujardado, pavimento interior de tarima de madera, así como la cubierta metálica curva que vuela en un intento de encontrarse con la línea infinita del horizonte lejano, se integran en el entorno como si de una roca basáltica más se tratara en esta tierra de volcanes.