Las tres últimas ediciones (incluyendo ésta) construyen una línea ideológica consistente, que empieza a dar sus frutos consolidando la relación sinérgica entre academia, teoría y proyecto, fomentando el debate crítico y reflexivo sobre las temáticas propuestas. Esta noción se ve reforzada con la continuidad de un nuevo volumen que recoge los análisis críticos de obras arquitectónicas (tanto locales como internacionales) elaborados por universidades y profesionales independientes. Si bien este catálogo no es nuevo, la implicación real de la academia local es una integración reciente(2) que pone de manifiesto la búsqueda de un diálogo intradisciplinar.
En ese sentido, la
BAQ XXIII constituye una evolución respecto a otras bienales precedentes que enfocaban su agenda primordialmente en la exposición proyectual. Es así, cómo se observa un cambio en la misma, donde los conferencistas se combinan arquitectos y arquitectas de oficio, críticos y académicos, reconciliando las tres familias tradicionales de la disciplina. Esta reconciliación se observa también en la difícil categorización de algunos perfiles que se caracterizan por un ejercicio multifacético que entabla una relación bidireccional entre investigación y proyecto.
La procedencia de los conferencistas y críticos marca también una línea de pensamiento, integrando personajes de Latinoamérica, Asia y Europa
(3) con una visión amplia y heterogénea por encima de localismos y visiones sesgadas que en los últimos años han construido una visión superficial y estereotipada de la arquitectura ecuatoriana y latinoamericana. Así, se aspira a debates horizontales alejados de neopopulismos y paternalismos
(4).
Por tanto, los espectadores de la
BAQ 2022 podemos esperar una serie de debates sustanciosos, aún cuando la mayoría de los perfiles invitados y proyectos a exponer trabajan sobre estas ideas desde un contexto temporal pre-pandémico. Es tarea de la
BAQ 2022, con un programa que pone énfasis y otorga un lugar especial al debate de una serie de proyectos (incluidos los de sus propios conferencistas), reflexionar sobre si las propuestas, ya sean teóricas o proyectuales, fueron planteadas con visión pertinente y coherente con relación a la problemática puesta de manifiesto en esta crisis. A priori, es muy probable que estas discusiones más que generar conclusiones cerradas, constituyan un aporte a un debate contemporáneo que se encuentra en construcción y por tanto, inacabado.
Ésta no deja de ser una tarea compleja. La arquitectura, como constructo social y resultado de un tiempo y un espacio, está sujeta a procesos donde los efectos de las transiciones forzosas a las que se ha visto expuesta históricamente se observan con mayor perspectiva en un largo plazo
(5).
NOTAS.-
1. Como ejemplo de esta idea, José Juan Barba menciona que en el caso de personajes como Tschumi «Esta conceptualización de la arquitectura a pesar de su brillantez le ha generado detractores, como aquellos que ven en estos planteamientos la pérdida de algo sustancial -como el valor de la parte física de la arquitectura- o piensan que estas ideas dejan en segundo lugar las referencias al contexto construido frente a la interacción del individuo, frente a la primacía del hombre.»
Barba, José Juan. 2019. CONGRESO ANYWAY. La ciudad de las ciudades. Barcelona: Fundación Arquia.
2. En las 3 últimas ediciones se incorporó a la academia local de manera real en el análisis crítico de los catálogos académicos. En años anteriores el Catálogo Académico era una memoria del evento con pequeñas aportaciones de un grupo reducido de profesionales del gremio.
3. Estados Unidos está presente de manera indirecta a través del bagaje y la formación de muchos de los ponentes.
4. Se recomienda revisar los capítulos 3 del libro «Crítica de Choque» de Fredy Massad, personaje presente en las dos anteriores Bienales (2018 y 2020).
5. Esta cuestión se pone de manifiesto, por ejemplo, en el libro «Arquitectura de rayos X», una investigación que vio la luz en 2019 y se consolidó en 2021 aún cuando tuvo su origen en 1980 cuando Beatriz Colomina asegura que «todavía no existía un clima para aquel tipo de investigación…» que planteaba una relación estrecha entre la tuberculosis y la arquitectura.