El diseño de Arantxa Manrique arquitectes busca maximizar el espacio disponible, confiriendo al tratamiento de los detalles una importancia vital en la creación de un espacio singular y contemporáneo.
El espacio está dominado por una barra semicircular de azulejos artesanales de color azul marino, elemento que aporta al espacio una imagen actual a la vez que lo conecta con la pescadería tradicional, y que al mismo tiempo permite optimizar el espacio.
Descripción del proyecto por Arantxa Manrique arquitectes
Atlantis gastrobar está situado en el barrio barcelonés de Sant Antoni. Se trata de un pequeño establecimiento de 20 m² que ofrece tapas de pescado y marisco de origen local. Inaugurado en noviembre de 2018, el proyecto tuvo una duración de 3 meses y contó con la participación de 15 profesionales.
Los retos arquitectónicos y de diseño fueron dotar a este espacio limitado de singularidad y contemporaneidad, maximizando el espacio con especial atención a los detalles, potenciando la experiencia culinaria.
Atlantis gastrobar está concebido como un objeto contemporáneo que lleva una mirada nostálgica a las tiendas tradicionales de la esquina. Abierto a la calle, el establecimiento llama la atención del transeúnte por su estética y forma radicales. El logotipo recuerda al mar, a la mítica isla de la Atlántida, a su dios protector Poseidón y a su magnífico tridente.
Las paredes interiores están recubiertas de azulejos blancos, que recuerdan a una pescadería tradicional, y el espacio está dominado por una barra semicircular de azulejos artesanales de color azul marino. Esta geometría ondualda permite optimizar al máximo el espacio, creando un equilibrio entre la zona de trabajo y la zona de sentarse. Además, la alteración del ángulo de la pared trasera le permite ganar espacio suficiente para asignar un inodoro de movilidad reducida, una segunda área de lavado y almacenamiento adicional.
La fachada modular se divide en tres partes. La primera permite la entrada y salida del establecimiento, y las otras dos se encuentran sobre un banco de hormigón, creando una apertura visual entre el interior y el exterior, vinculando el establecimiento a la calle y al barrio. La apertura de las ventanas metálicas (realizadas ex professo para esta obra) crea dos íntimas zonas de descanso.
El proyecto Atlantis gastrobar ha sido posible gracias al trabajo de Classico 45 (contratista), AIA Instal-lacions arquitectòniques (ingeniero), Arsenio Alcalá (ingeniero de construcción) y Arantxa Manrique (arquitecto).