El proyecto de OMA para Venecia ha conseguido (después de 2 años de trámites) la licencia de obras para transformar el edificio de la Fondaco dei Tedeschi, que fue comprado por el grupo de moda Benetton hace cinco años. Construido en 1228, el edificio ha sido completamente reconstruido dos veces y su uso más reciente fue como oficina de correos. El edificio está situado en el Gran Canal de Venecia cerca del puente de Rialto.
Bruno Zevi comentaba en uno de sus libros sobre Frank Lloyd Wright acerca del proyecto Masieri Memorial situado a orillas del Gran Canal en Venecia, lo siguiente: "Después de la muerte de Masieri, Carlo Scarpa colaboró con el maestro americano en la ejecución de los planos. La reacción académica provocó una fuerte polémica para impedir que una obra moderna se levantara a orillas del Gran Canal; y ganaron los reaccionarios, añadiendo así una vergüenza más a la historia italiana".
Con estas duras palabras Zevi venía a reflejar una situación que se repetiría con Le Corbusier, una polémica que siempre ha acompañado a todas las nuevas intervenciones en la ciudad de Venecia. Las palabras del arquitecto del proyecto, Ippolito Pestellini Laparelli, coincidían en este sentido "Es Venecia. Hay muchos arquitectos que no han tenido éxito en construir nada allí, desde Le Corbusier a Frank Lloyd Wright".
OMA ha incluido las modificaciones de los conservacionistas y ha hecho algunos cambios importantes en los planes originales. Una de las escaleras se ha desplazado del atrio principal y la terraza de la azotea ahora se asentará sobre el cuerpo del edificio, lo que elimina la necesidad de demoler una parte de la cubierta. "Las intervenciones más visibles han cambiado, pero el resto sigue igual", "No va a ser un gran almacén convencional, sino un lugar nuevo para la ciudad" dijo Pestellini.
OMA también participará en la programación del edificio de 10.000 metros cuadrados. Eventos como el Arte y las Bienales de Arquitectura y el Festival de Cine es probable que se derramen en el interior, dijo. También los artistas locales y productores artesanales tendrán cabida al lado de las marcas internacionales.
La polémica, sin embargo, no exenta de demagogia por algunos, se acrecentó a raíz de las críticas internacionales por la decisión de permitir que Venecia tenga grandes carteles publicitarias colgados de los Palacios para financiar la restauración y protección de este Patrimonio de la Humanidad.